Españoles y criollos, largas historias de amores y desamores. De las viejas tapias y ladrillos.

Españoles y criollos, largas historias de amores y desamores. De las viejas tapias y ladrillos.

Datos del Libro:

Autor: Carlos Moreno.

Ilustraciones: Carlos Moreno.

Editorial: Icomos Comité Argentino.

Año: 1995.

Ejemplar de la Biblioteca Digital de
https://www.argentina.gob.ar/cultura/monumentos/publicaciones-en-linea/biblioteca

Reseña:

PRESENTACIÓN

1: De las Largas historias... entre españoles y criollos esta última parte: «De las viejas tapias y ladrillos»,  nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la materialidad de la arquitectura; y nos permite además la posibilidad intelectual de la sorpresa. Lo cotidiano, lo conocido y las relaciones inesperadas, nos descubren cosas que siempre estuvieron allí pero que no veíamos.

Un trabajo exhaustivo sobre fuentes tradicionales y, sobre todo, sobre imágenes reelaboradas con trazos vigorosos y clarificadores, permite descubrir nuevas y múltiples lecturas; caminos originales.

 Esta búsqueda personal de Carlos Moreno, tiene mucho que ver con una trayectoria planteada desde el oficio de arquitecto, con una particular adhesión a ideas y valores, y con la pertenencia a grupos de trabajo e investigación e instituciones.

2: El libro es una apuesta a la dimensión actual de la conservación del Patrimonio Cultural.

Desde el punto de vista urbano arquitectónico, en poco más de sesenta años, se pasa de la acción de propietarios -públicos y privados- que separadamente actúan sobre objetos -conservación pasiva-; a una mayor colaboración entre los poseedores de dichos objetos, ahora considerados bienes culturales -conservación activa-; y finalmente a una acción coordinada sobre la globalidad de los bienes culturales entendidos como un todo y realizada en función de toda la comunidad -conservación integrada-.(R Di Stefano, Il recupero del valori, 1979)

El criterio de conservación puntual, implícito en la Carta de Atenas de 1931, cuando se hablaba de las «cosas de notable interés -histórico, artístico, arquitectónico, etc.», se extiende en 1964, cuando la Carta de Venecia se refiere a «la creación arquitectónica aislada así como el sitio urbano o rural que nos ofrece el testimonio de una cultura particular, de una fase representativa de la evolución o de un suceso histórico. (..) no sólo a las grandes creaciones sino igualmente a las obras que han adquirido con el tiempo un significado cultural».

En los últimos treinta años el concepto ha continuado extendiéndose, comprendiendo una cantidad siempre creciente de objetos, y en consecuencia además, grandes partes del territorio -Recomendación de Nairobi, 1975; Carta de Washington, 1987-. La conciencia ecológica y la certeza de que los bienes culturales son también recursos escasos y no renovables hacen que la conservación forme parte de las preocupaciones del medio ambiente -conservación global-.

El patrimonio es la estructura de la cultura, su tradición y experiencia, tanto en la ciencia, en el arte, como en la vida cotidiana. Está compuesto por elementos universales y particulares, tangibles e intangibles, históricos y actuales. Su reconocimiento refiere a lo que Raymond Williams ha clasificado como: elementos residuales, que convocan a la memoria, los recuerdos y las vivencias actuales de todo aquello que ha sido tapado, disimulado, encerrado, pero que continúa por la resistencia de ciertos grupos -relatos; dominantes, aquellos que han perdurado en el tiempo o bien consensuados por la misma comunidad en cuestión -metarrelatos; y emergentes, que surgen nuevos en la historia y cuyos cambios producen nuevos comportamientos, nueva arquitectura, nuevos objetos de conocimiento. (O. Valverde, Aproximaciones a la precisión estética desde el ámbito de la recepción, 1995).

Siguiendo este esquema se habla de culturas amnésicas -como la norteamericana- que supone la patología de olvidarlo todo; y de culturas nemomnésicas -como las europeas- cuya patología pasa por el extremo opuesto: recordar todo.

La anamnesis, el uso del recuerdo y del olvido para permitir aflorar duelos dolorosos vividos en situaciones límites, revisarlos, criticarlos, para que no se vuelvan a repetir, puede ser un camino para la construcción de una memoria que hace a la identidad personal y social.

La búsqueda de identidad de un pueblo supone un doble compromiso. En primera instancia, el reconocimiento y respeto de la herencia recibida que constituye la memoria histórica. En segundo lugar, la responsabilidad de los aportes a la formación y conservación de esa misma cultura desde la situación contemporánea . (0. Valverde, Hibridez comunicativa, 1994)

En «Españoles y criollos, largas historias de amores y desamores», Carlos Moreno y sus colaboradores desarrollan una lectura global y totalizadora del patrimonio, que no se ocupa solamente de los elementos dominantes, y que alejada de idealizaciones no excluye lo cotidiano. Si nuestra memoria es breve y frágil, la construcción de la identidad colectiva se plantea en términos de anamnesis, partiendo de la cultura como manera de abarcar todos los ámbitos de la vida del hombre.

3: El culto de los monumentos históricos, en su origen privado, se ha convertido en la «era de la industria cultural» en planetario. La Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO ha sido ratificada por más de cien países en los cinco continentes. La ambivalencia de términos y expresiones usados en la disciplina -conservación, preservación, reciclaje, puesta en valor- se traduce en la dualidad de estilos o mejor de estéticas. (F. Choay. L ‘allégorie du patrimoine, 1992).

Una tendencia toma para sí el signo del respeto, con los medios que hoy ofrece la ciencia y la técnica, continuando explícita o implícitamente la obra de los grandes innovadores del Siglo XIX de los pensadores y especialistas contemporáneos y de las reuniones y documentos internacionales. La otra tendencia, colocada bajo el signo de la rentabilidad y de un vano prestigio, dominante, frecuentemente con apoyo estatal o de instituciones públicas, asume prácticas condenadas desde el Siglo XIX antes de ser claramente rechazadas por la Carta de Venecia y otros documentos. Combate desigual que exige de los profesionales y especialistas, de las autoridades y de toda la comunidad, una nueva ética.

4: El patrimonio, especialmente en la Argentina, necesita meditaciones serias y profundas sobre el significado y el valor de cuanto hemos hecho y estamos haciendo. Una reflexión que pueda desarrollarse con claridad y compromiso, sin presiones externas de carácter más o menos contingente, buscando la realidad y asumiendo los medios y recursos que ésta puede ofrecemos, para lograr los fines que esperamos.

Frente a las transformaciones, que como hemos señalado, se han producido en el campo de la conservación, el problema mayor está en la escasez de recursos humanos con mentalidad de cambio.

Libro provocador, inicio de nuevos caminos más que punto de llegada, para el Comité Argentino del ICOMOS en esta nueva etapa, este trabajo de Carlos Moreno y su equipo representa una incitación a la transformación y al cambio.

Carlos Pernaut
Presidente del Comité Argentino del ICOMOS.

LILIANA BARELA

Botón de enlace al libro

Libros relacionados...

Información

Este sitio es propiedad del Gobierno Municipal de Cañuelas y de la Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento.

Los derechos de las obras aquí publicadas pertenecen a cada autor / autora o a sus familiares. Se permite su difusión, reproducción o impresión, citando la fuente desde donde se obtuvieron y respetando los derechos de autor.

Contactos

Ingreso a la Biblioteca Digital:

autorxs-bd@canuelas.gob.ar

Comunicación General:

direccion-bd@canuelas.gob.ar

Correcciones:

webmaster-bd@canuelas.gob.ar

Autoridades

Gobierno Municipal de Cañuelas

Intendenta Municipal Dra. Marisa Fassi

Biblioteca Popular D. F. Sarmiento de Cañuelas

Director Prof. Juan Manuel Rizzi