Datos del Libro:
Autor: Isolina Behrens de Rizzi.
Editorial: La Voz de Cañuelas.
Año: 2009.
Ejemplar de la Biblioteca D. F. Sarmiento de Cañuelas.
Reseña:
PRÓLOGO
Entre memorias cotidianas y semblanzas de la tierra que la vio nacer se cuecen los poemas de Isolina Chola Rizzi. Nada en sus prosas está puesto al azar, las palabras no se eligen en función de la rima; son más bien el resultado de una búsqueda entre los recuerdos y las vivencias que atesoró la autora mientras el tiempo transcurría inexorable.
En la simpleza del lenguaje con el que se visten las prosas de sus poemas y las oraciones de sus relatos, Rizzi halló una rítmica natural que enriquece sus versos a base de construcciones sencillas, pero no por ellos faltas de interés y empachadas de calidez. En efecto, este segundo rasgo se desprende de un agudizado poder de observación que Isolina ha desplegado a lo largo de sus años, acaparando cuanta imagen procesara su retina. Desde allí hasta la concepción de los textos el camino se volvía recto; bastaba volcar en palabras encadenadas aquello que guardaba en su interior, cual postales en un álbum universal.
Chola escribe desde siempre, de todo y de todos los que dejaron una huella en su vida, por más que el rastro se haya borrado hace décadas. Amigos, infancia, amores, familia, desconocidos de paso por la puerta de su casa. La Ciudad, el campo, las flores violetas, la ausencia. Precisamente en esa diversidad esta mujer de ideas claras y pluma autodidacta encontró un estilo personal y, entre atardeceres, maderos y nietas princesas nos contó su propia historia.
En esta introducción a un compilado de sus escritos, algunos de ellos inéditos, las comparaciones con otros autores son innecesarias. No porque no existan o no puedan establecerse, simplemente porque no pretendemos hacer un análisis de sus líneas, sino más bien dejarnos llevar por sus letras. Descubrir entre lecturas un mundo que poco tiene de imaginario y, sin embargo, se describe y se construye como tal.
Un paneo por la obra auténtica y autóctona de una mujer, que a los 84 años conserva el mismo "frescor alegre de primaveras" con el que describió a su ciudad: la bella Cañuelas.