Datos del Libro:
Autor: María Lydia Torti.
Editorial: Ocruxaves.
Año: 1994.
Ilustraciones: Osvaldo Disanto.
Prólogo: Marta Lena Paz.
Ejemplar de la Biblioteca D. F. Sarmiento de Cañuelas.
Reseña:
PRÓLOGO (fragmentos)
Nos parece que Naufragios excede los márgenes de una rigurosa perceptiva, aunque tal vez puedan reconocerse ecos borgianos y resonancias de Julio Cortázar. Pero sí resulta evidente que la mayoría de las narraciones que integran el libro manifiestan ciertos rasgos tipológicos que Edelweis Serra puntualiza: "El cuento ofrece un núcleo acabado de vida; puede ser una experiencia límite, un acontecer extraordinario (aún dentro de lo ordinario y cotidiano), siempre una singladura presentada in medias res”. En consecuencia, los veinte cuentos observan distintas categorizaciones semánticas y diversos grados de formalización estética, lo que no impide, por cierto, cierta unidad de sentido.
“Felicitas Villa” es la relación de un amor indestructible que sobrevive a través de los años nutrido por su propia fuerza, a tal punto que uno de los enamorados, Felicitas, acude como siempre a la cita de amor el mismo día de su muerte. (…)
A veces la fantasía se instala en el relato a través de la desmesura hiperbólica de un elemento común. Ya vimos que un simple objeto –un par de anteojos- puede exceder su función habitual y trasponer el primer estrato de la realidad, aunque no se altere su forma. Por el contrario, en “La campanilla azul”, una enredadera vecina va invadiendo con sus flores azul violeta la planta alta de la antigua pero decrépita casa paterna, único lugar que el personaje habita; ha clausurado de tal modo toda comunicación con el exterior que el acceso a su precario "hábitat" resulta casi imposible. (..)
A veces ciertas experiencias primigenias adquieren un nivel semántico que sin internarse en lo puramente fantástico logran en la añoranza del bien perdido un valor simbólico y mítico. Los días dorados de la infancia y la adolescencia constituyen para el protagonista de “La laguna”, el paraíso perdido que el recuerdo intenta rescatar.
También el tiempo puede congelarse en un ámbito en el cual su decadencia propicia la persistencia de una implacable dominación. En “Los hermanos”, Aurelia, la hermana mayor y encarnación de la madre castradora, dispone con inapelable autoridad de la vida de sus hermanos menores, Jaime y Virginia. (…)
El poder de la palabra es tal que tanto puede provocar la muerte como conjurarla, “Lenguaje III”. Pero en ocasiones resigna su función esencial, la comunicación, pues el acostumbramiento y la rutina la vuelven innecesaria, “Lenguaje”. Asimismo, se torna inútil ante la premura de la despedida definitiva, “Lenguaje II”, y florece en poesía, único milagro que junto con el amor "salvarán al universo", “La máquina de escribir”. (…)
En Naufragios aparecen otros cuentos que si bien no se inscriben totalmente dentro de lo fantástico presentan hechos, situaciones, circunstancias, personas y seres cuya singularidad es tal que crean en el desarrollo del relato una atmósfera extraña que produce una cierta expectativa, que siempre se resuelve del modo más inesperado.
En “Los gatos amarillos” el acoplamiento de dos gatos machos encarna "una realidad aberrante y malsana"; el desenlace, si bien es insólito, esclarece de una manera totalmente inesperada el halo un tanto misterioso que particularizo un hecho vulgar, el nacimiento de dos gatos, que va adquiriendo a medida que transcurre el relato una dimensión extraña.
También resulta sorprendente el desenlace de “Deformación”. (…)
El estrato semántico de Naufragios manifiesto las tensiones del hombre y "su situación dramática de ser-en-e/-mundo, su circunstancia y su destino, ya sea absurdo, conjetural o paradójico, predeterminado o libre, social o individual, inmanente o trascendente, fideísta o desesperado". Por ello hemos visto distintos modos de aprehender estas tensiones existenciales al revelar la frustración, el engaño, el fracaso, el egoísmo, las conductas equívocas, lo que supone diversos modos de contar acordes con la intencionalidad de la autora.
MARTA LENA PAZ
