Datos del Libro:
Autor: Rolando Paciente.
Editorial: Tahiel.
Año: 2018.
Fotografía de tapa y contratapa: Rolando Paciente.
Prólogo: Ildiko Nassr.
Ejemplar de la Biblioteca D. F. Sarmiento de Cañuelas.
Reseña:
PRÓLOGO
El término microficción es, como los textos incluidos en él, plurívoco y hasta híbrido. Podríamos afirmar, entonces, que microficción es todo aquello que senos presente como tal. Elegir la brevedad corno camino para escribir es un desafío. Es imprescindible tomar las riendas y sostenerlas para mantenerse firme, aun cuando el deseo de sorprender sea imperioso.
Rolando Paciente no le teme a la brevedad ni a los desafíos que con ella se presentan. Conoce las reglas y, con un guiño al lector, elige romperlas. Sopesa las palabras para elegir la más adecuada. Sustantivos y adjetivos crean una danza armónica y sorpresiva en la que el lector es un observador privilegiado.
Lo real y lo fantástico seducen y sobrevuelan los textos de este libro, conformado por más de ochenta microtextos, cercanos a la poesía y también cercanos a la narrativa. El autor va marcando un determinado itinerario de lectura en el que uno puede "arrimarse" al decir de Cortázar. Arrimarse y sumergirse en el texto (que es uno y todos).
David Lagmanovich sostiene que una de las partes imprescindibles en la estructura del microrrelato es el título. En este corpus, sólo unos pocos tienen título: Olvido, Ratón Pérez, La casa de la abuela, Corte de luz...son alguno de ellos. En estos casos, se percibe la marcada intencionalidad narrativa.
Cito un texto a modo de sostén de lo antes dicho:
Paradojas humanas
Una vez que finalizó la guerra, en honrosa ceremonia, lo condecoraron al capitán del ejército por haber matado a cientos de hombres; cuando comprobaron que él amaba a uno... Lo expulsaron de la fuerza.
Este libro se lee de manera fluida y se experimentan diversas emociones que van de la reflexión a la risa y de la empatía a la sorpresa.
Entre los recursos favoritos de la microficción están la elipsis, la intertextualidad, la ironía y la reescritura. A todos los encontramos en este libro. Y se suman algunos más como la pregunta retórica, la personificación y el oxímoron. No son importantes las definiciones de estos recursos, sino el uso que el autor hace de ellos para conducirnos a su micro-universo narrativo-poético, como por ejemplo en:
Sus imágenes corren sobre el río de Heráclito. Con hondo embeleso contempla su perfección humana, su belleza extrema, muy pronto, la belleza y el río habrán de evaporarse en las garras del tiempo.
O acaso en:
Se le atribuye a René Descartes. "Pienso, luego existo"
Acaso hoy que casi no tengo tiempo para pensar ¿existiré?
Aparece también el miedo a crecer, a los cambios; esa resistencia de quien se da cuenta de que ya nada volverá a ser lo mismo. Cito el siguiente micro:
Pintaron las paredes del cuarto, ahora tan solo en sueños navegará el barquito desde el que noche a noche descendían mis héroes.
Como después de la lectura de este libro: ya nada volverá a ser lo mismo.